Flos, que significa "flor" en latín, tiene su origen en una idea luminosa: el concepto de crear objetos adecuados para cambiar la forma en que las personas viven, no solo para los italianos.

Así, a principios de la década de 1960, un tal Sr. Gavina, junto con el pequeño fabricante Eisenkeil de Merano, se propone, después de crear muchos muebles nuevos (con Achille y Pier Giacomo Castiglioni, Afra y Tobia Scarpa, y otros maestros del diseño), que también es hora de crear nuevas lámparas. Así, los hermanos Castiglioni y el dúo Scarpa, utilizando la técnica del capullo, inventada en EE. UU. y experimentada por Eisenkeil, comienzan a crear lámparas como la Taraxacum o la Fantasma.

Muchas otras lámparas hermosas y sorprendentes siguen a estas primeras: así, desde sus comienzos, Flos (que significa "flor" en latín, un nombre elegido por Pier Giacomo Castiglioni) se encuentra reinventando la idea de la iluminación artificial.